Hoy estamos en una
encrucijada: Alrededor de 842 millones de personas sufren hambre crónica porque
no pueden comer adecuadamente, a pesar de que no hay escasez de alimentos en el
mundo.
La búsqueda actual es la
de sistemas agrícolas verdaderamente sostenibles que puedan satisfacer las necesidades
de alimentos del mundo. Y nada se acerca más al paradigma de la producción
sostenible de alimentos que la agricultura familiar.
Naciones Unidas ha
designado 2014 como Año Internacional de la Agricultura Familiar. Es una
oportunidad perfecta para destacar el papel que juegan los agricultores
familiares en la erradicación del hambre y la conservación de los recursos
naturales, elementos centrales del futuro sostenible que queremos. El apoyo a
la agricultura familiar no debería hacerse en oposición a la agricultura
especializada de gran escala, que también juega un papel importante para
garantizar el suministro mundial de alimentos y que se enfrenta a sus propios
retos, incluida la adopción de enfoques sostenibles.
Tenemos mucho que
aprender sobre prácticas sostenibles de las familias de agricultores, ya que gran
parte de la experiencia mundial en sistemas de agricultura sostenible ha sido
adquirida por la agricultura familiar. De generación en generación, los
agricultores familiares han transmitido conocimientos y habilidades, preservando
y mejorando muchas de las prácticas y tecnologías que pueden apoyar la
sostenibilidad agrícola. Usando técnicas innovadoras como la construcción de
terrazas y la adopción de prácticas de labranza cero, los agricultores
familiares han logrado mantener la producción en tierras a menudo marginales.
La conservación y el uso
sostenible de los recursos naturales tienen sus raíces en la lógica productiva
de la agricultura familiar y eso la diferencia de la agricultura especializada
a gran escala. La naturaleza altamente diversificada de sus actividades
agrícolas les dota de un papel central en la promoción de la sostenibilidad
ambiental y la protección de la biodiversidad, y contribuye a una dieta más
sana y más equilibrada.
Los agricultores
familiares también juegan un papel fundamental en los circuitos locales de producción,
comercialización y consumo, que son importantes no sólo en la lucha contra el
hambre sino también en la creación de empleo, generación de ingresos y en el
fomento y diversificación de las economías locales.
A nivel mundial, se
estima que hay 500 millones de explotaciones familiares, representan en
promedio más del 80% de las explotaciones agrícolas. Tanto en los países
desarrollados como en aquellos en desarrollo, son los principales productores
de alimentos de consumo local y los ‘administradores’ principales de la
seguridad alimentaria.
En el pasado, con
demasiada frecuencia los agricultores familiares eran considerados un problema
a solucionar y el objeto de políticas
sociales con un potencial limitado. Esa es la mentalidad que tenemos que
cambiar. Los agricultores familiares no son parte del problema. Al contrario, son parte de la solución para la seguridad
alimentaria y el desarrollo sostenible.
Lo que los agricultores familiares
necesitan es similar en todo el mundo: asistencia técnica y políticas basadas
en sus conocimientos que refuercen el aumento sostenible de la productividad;
tecnologías apropiadas; insumos de calidad que respondan a sus necesidades y respeten
su cultura y tradiciones; especial atención a las mujeres y los agricultores
jóvenes; fortalecimiento de las organizaciones y cooperativas de productores;
mejor acceso a la tierra, al agua, al crédito y a los mercados, y esfuerzos
para mejorar su participación en las cadenas de valor.
El Año Internacional de
la Agricultura Familiar 2014 nos brindará una oportunidad única de revitalizar
este sector crítico, para el bien de la alimentación de toda la humanidad.
Los 842 millones que mencionas son de extrema pobreza, de éstos, 640 millones son los que se hacinan en los cinturones de las grandes, medianas y pequeñas ciudades. Los otros 202 millones se encuentran en el medio rural y se componen en un 70% de adultos mayores y niños de uno a 12 años de edad. Y ciertamente si es un paradigma, ya que en el medio rural los pequeños y medianos productores (con sus familias como mano de obra) contribuyen con un 60% de la producción mundial de alimentos, de la cual, en buena parte, se consume en los mercados locales, regionales y estatales.Por lo que hay que distinguir entre una producción de alimentos por la familia y para la familia (rural o urbana) de la hecha por los pequeños y medianos productores, ya que los primeros no cuentan con un pedazo de tierra de labranza (mínimo una hectárea). Ahora bien, sobre la oposición de sistemas a pequeña y gran escala, creo que no hay tal, ya que una sirve a los fines de control de los mercados a nivel global (para los que viven en las grandes ciudades) y la otra, que por su propia naturaleza, sirve a los que vivimos en el medio rural. Tanto una como otra compiten y oscilan entre los grados de eficiencia y gasto energético, por lo que se tendría que evaluar los métodos y técnicas que lleven a la viabilidad de ambas en un mundo agobiado por los desechos tóxicos, de una industria irresponsable.
ResponderEliminarQuiero saber cuál es su papel en concreto en este Año Internacional de la Agricultura Familiar 2014. Tienen planes de trabajo, financiamiento a proyectos de producción familiar?
ResponderEliminarTengo algunos proyectos de agricultura y acuicultura familiar orgánica autosustentable para comunidades rurales y necesito la información de los programas de financiamiento y lineamientos para ver como bajar recursos y poder implamentar estos proyectos en la comunidad donde vivo.
Les agradeceré mucho me puedan enviar toda la información referente a jorge.lango@gmail.com
Gracias y saludos.